Entre el 20 de noviembre y el 15 de diciembre tendrá lugar en Dubái la Conferencia Mundial de Radiocomunicaciones (CMR-23). Las CMRs se realizan cada tres o cuatro años y las organiza la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT), organismo especializado de las Naciones Unidas para las tecnologías de la información y la comunicación (TICs), encargado de regular las telecomunicaciones a nivel internacional.
Estas cumbres son muy estratégicas porque allí se deciden los usos globales del espectro radioeléctrico, un recurso finito, natural e intangible con una demanda creciente, por lo que los avances tecnológicos y la existencia de otras opciones de transmisión como la fibra óptica solo han resuelto parcialmente el problema de la escasez. Hay servicios que requieren un uso intensivo del espectro radioeléctrico y, cuando la demanda de uso es superior al número de derechos disponibles, se produce una situación de escasez.
Esto es precisamente lo que ocurre con los servicios audiovisuales y las telecomunicaciones ya que, estrictamente hablando, la escasez hoy sólo se encuentra en los rangos de frecuencia que utilizan estos servicios. En otras palabras, las empresas de televisión digital abierta y las empresas de telefonía móvil e Internet requieren de frecuencias en la banda de UHF para desarrollarse, pero como se trata de un recurso escaso, hay un punto en que sus intereses colisionan y ahí es donde el poder público interviene.
Esta es una de las batallas que tendrá lugar en la CMR23, donde se debatirán posibles cambios que incluyen la flexibilización en el acceso a la banda de espectro destinado a televisión en abierto.
En Europa, por ejemplo, se ha venido desarrollando durante el último año un debate a nivel de los canales de televisión abierta, organizaciones de consumidores, organizaciones de productores audiovisuales, organizaciones de periodistas y televisiones públicas para alertar sobre el riesgo de recortar parte del espectro destinado a estos servicios y otorgarle más espacio a las empresas de telecomunicaciones, por considerar que esto afectaría gravemente el desarrollo del mercado audiovisual interno y la libertad de elección de los ciudadanos.
Este escenario abre preguntas en varios niveles: ¿una modificación de la actual distribución de la banda de frecuencias UHF podría poner en riesgo el futuro de la televisión en abierto? ¿Esto significaría un cambio en el predominio de un modelo de distribución y consumo de medios de acceso libre a otro de servicios de pago? ¿Cómo se expresaría este aumento del ya notorio poder de los servicios de pago en la configuración de la opinión pública?
Por último, pero no por eso menos importante: ¿Qué sabemos sobre la posición que llevará el Estado de Chile a esta conferencia? ¿Es una que atiende a la especificidad regional o es aislada? ¿Hay algún documento sometido a consulta pública al respecto, ya sea desde la Subsecretaría de Telecomunicaciones (Subtel) o bien Relaciones Exteriores? Sería interesante conocer un poco más al respecto ya que la cumbre comienza en pocos días.
Santiago, noviembre de 2023
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